jueves, 13 de octubre de 2011

La prosperidad de la Iglesia en toda la Biblia está relacionada con la prosperidad de Su casa, el continente americano tiene de fundado cuatrocientos treinta años, los esclavos no tenían paga, ni sueldos, ni prestaciones sino que rogaban a los cocineros para que les echaran un poco más en su plato.
Por eso clamaron a Dios quien abrió el mar Rojo, pero al llegar a cierto punto se estancaron, pero por su duda y falta de fe, dice el versículo 25 en adelante, que aunque era buena la tierra que Dios les daba, no quisieron subir, ¿cómo pueden ser así?, salieron de Egipto pero Egipto nunca salió de ellos, son cristianos evangélicos pero nunca fueron renovados por la Palabra de Dios.
A un cristiano evangélico le caracteriza la crítica, y que tiene una mentalidad de pobreza. El pueblo de Israel tenía maná que les caía del cielo igual que las codornices, el desierto no es la voluntad perfecta de Dios, es para gente desobediente, si está en desierto lo más seguro es que está en desobediencia.
El maná no es la sobreabundancia, es la voluntad permisiva de Dios, el pan de misericordia de Dios. La biblia dice que no hubo ropas desgastadas, pero cuando estaban en la presencia de Dios una nube les cubría, Dios te cuida en el desierto pero vive en la tierra prometida.
Hay gente que aún piensa que aquí se les paga a aquellos que cuentan el testimonio, y luego se quejan de no tener éxito en su vida, Dios no les llamó para dar vueltas a un monte, sino para que poseas lo que Dios te ha dado, tienes que agarrarlo, tomarlo, conquistarlo, la sanidad no tienes sino que tomarla.
Bíblicamente eres dueño hasta de carros pero debes poseerlos. Por eso yo poseo y retengo mi sanidad, pero muchos cristianos viven quince años con la misma virosis, otros me llaman para que vea que tienen fiebre, otros manipulan con la enfermedad porque es la única forma de llamar la atención, pero nosotros oramos para que el cristiano reciba lo que ya le fue otorgado en la cruz.
El Señor dijo que te esfuerces y seas muy valiente. Dios oye lo que usted habla

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